Tradición

De generación en generación. Así se trasmite en la familia Argüelles el difícil arte de trabajar la madera. Ubicados en el corazón de la Comarca de la Sidra de Asturias, los hermanos Argüelles llevan décadas compaginando las herencias recibidas de su familia, de un lado la carpintería de muebles y obra y de otro, la construcción y mantenimiento de toneles de gran capacidad para los llagares.

Carpinteria toneleria Asturias

 Vinculado al mundo de la sidra comenzó hace un siglo el bisabuelo Canor Llera, conocido en la zona como ‘Pachu el colorau’, trabajando en el llagar de El Escanciador como bodeguero. Este oficio prácticamente se ha perdido, pero por aquel entonces eran los peones encargados del mantenimiento de los toneles en los llagares. Entonces, se mimaban al extremo porque de su cuidado dependía, en gran medida, la buena calidad de la sidra del llagar. De ahí que los bodegueros fueran una pieza fundamental dentro de las labores del tratamiento de la sidra e incluso dormían en el llagar para cubrir cualquier eventualidad: fugas, reparaciones… El buen trabajo de estos bodegueros permitía que la vida de los toneles se extendiera hasta seis o siete décadas y garantizaba la consecución de un buen producto durante todo este tiempo.

Carpinteria toneleria Asturias

Hasta no hace tanto, era habitual en Asturias que en cada casa hubiera un pequeño llagar para la producción familiar. Desde Breceña, la familia mantenía una bodega que daba para vender sidra en Villaviciosa. Antiguamente, la gente de los pueblos se ubicaba en los alrededores del mercado y vendían la sidra al litro directamente en jarras que llevaban los clientes. Décadas más tarde se embotellaba y se vendía por cajas. Con el tiempo, las normas de etiquetado acabaron con este tipo de pequeños productores, dando a la modernización de las bodegas.

Mientras tanto, en la familia, el testigo lo recoge el padre de los hermanos, Paco Argüelles, que crea la carpintería en la que ya jugaban de pequeños. Nace vinculada al trabajo de tonelería pero pronto se diversifican las tareas con carpintería de obra y muebles. Por aquel entonces había en el pueblo de Breceña dos tonelerías que contaban con 40 obreros. Actualmente, los hermanos Argüelles siguen manteniendo el oficio.

El negocio ha cambiado con la globalización. La producción a nivel industrial se cuenta por millones de litros al año y ha ido introduciendo toneles de acero. En los llagares, la incorporación de estos equipamientos, pensados para la producción masiva, conviven con los tradicionales toneles de madera, que sigue siendo el mejor sistema para garantizar la calidad en el producto. Mientras tanto, en el País Vasco aún perviven los pequeños produtores que apuestan únicamente por la madera. Es el motivo por el que los hermanos Argüelles han sido numerosas veces reclamados para realizar trabajos en la comunidad vecina.

Con la tercera generación, la carpintería se moderniza, particularmente en cuanto a maquinaria que facilita el manejo de las grandes piezas que se necesitan para la construcción de los toneles que pueden llegar a almacenar hasta 60 mil litros. Eso sí, la madera se sigue tratando a mano durante todo el proceso de construcción y, especialmente, cuando se trata de reparar piezas antiguas. La savia joven también aporta una nueva dimensión a la carpintería de obra, en la que se han especializado y son un referente para la hostelería de toda la península por la creación de grandes espacios con la madera como protagonista.